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¿Cómo es el posoperatorio de la otoplastia?
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La otoplastia es hoy en día una intervención quirúrgica bastante común y sencilla de llevar a cabo. La recuperación suele ser rápida y sin complicaciones, siempre y cuando se sigan las indicaciones dadas por los especialistas.
Esta operación tiene como finalidad corregir las conocidas como "orejas de soplillo", aquellas que sobresalen o están muy separadas de la cabeza. El problema surge por un mal desarrollo en la circunvoluciones del cartílago, lo que hace que las orejas sobresalgan del cráneo más de lo que suele ser habitual.
Para los niños que lo padecen, este pequeño defecto puede convertirse en un gran problema y afectar a sus relaciones con los demás. Y es que los niños con orejas prominentes se pueden convertir en objeto de burla en el colegio o entre los amigos, lo que a la larga les puede acarrear problemas psicológicos.
Precisamente a fin de evitar este tipo de problemas, la otoplastia se puede realizar en pacientes a partir de los cuatro años de edad.
¿En qué consiste la otoplastia?
Lo que se hace durante la intervención es tallar el cartílago para que adquiera la forma adecuada al tamaño de la cabeza y al paciente. Es una intervención sumamente sencilla que incluso se hace con carácter ambulatorio. Para ello, se emplea anestesia local, que, según el caso, puede complementarse con un poco de sedación para que el paciente esté más tranquilo.
El cirujano moldea los cartílagos hasta conseguir que las orejas tengan el tamaño y proporciones adecuadas. Lo normal es trabajar en una sola sesión en ambas orejas, ya que son realmente muy pocos los casos en los que el problema afecta a una única oreja.
A pesar de ser una cirugía ambulatoria, es habitual que el paciente tenga que pasar unas horas en el hospital antes de poder volver a casa. Se trata de un periodo de observación totalmente normal, que busca comprobar que no se produce ningún efecto adverso a causa de la anestesia ni debido a la propia intervención quirúrgica.
A pesar de la sencillez no hay que olvidarse de que se trata de una operación, y, por tanto, habrá que aplicar una serie de cuidados después de la misma. Lo bueno de este caso es que el posoperatorio resulta también muy sencillo, y la recuperación se produce de forma bastante rápida.
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Riesgos de la operación
Ninguna intervención quirúrgica está exenta de riesgos, por muy sencilla que sea. Lo habitual es que, tras la otoplastia, la herida cure bien y las cicatrices sean prácticamente invisibles, pero pueden surgir problemas si no hay un adecuado cuidado.
Entre los riesgos más habituales está la mala cicatrización de la herida, la aparición de necrosis en la piel, seroma y, en los casos más graves, reacciones adversas a la anestesia e incluso embolia pulmonar.
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¿Cómo es el posoperatorio de la otoplastia?
A fin de evitar problemas y complicaciones, lo mejor que se puede hacer es seguir al pie de la letra las indicaciones dadas por los médicos.Es normal que en los primeros días se noten molestias en la zona debido a la inflamación y a que las orejas deben permanecer vendadas para que aguanten en la posición correcta. Estas molestias se pueden reducir mediante los analgésicos recetados por el especialista.
Después de dos o tres días, el cirujano retira el vendaje, y a partir de ese momento el paciente puede llevar los orejas al aire, aunque durante unos días más tendrá que usar un vendaje especial para dormir.
La recuperación total se da en un plazo de cuatro a seis semanas, aunque al cabo de siete días desde la intervención el paciente ya puede hacer su actividad normal y reincorporarse al trabajo o a las clases.
La higiene es fundamental para una buena curación. Las orejas deben lavarse todos los días con agua tibia y jabón neutro. Para secarlas, nada de frotar con una toalla; los expertos recomiendan mejor usar aire frío.
Como en cualquier otra intervención quirúrgica, es imprescindible para una buena curación que el paciente acuda a las revisiones pautadas por el médico. Hay que tener en cuenta que no todo el mundo cura igual, por lo que cada paciente requiere de un seguimiento individualizado para que el especialista pueda comprobar si todo va evolucionando correctamente y poder tomar medidas a tiempo en caso de que no sea así y haya surgido algún tipo de problema.
Dormir con cuidado
Durante ese tiempo el paciente utilizará un vendaje especial para dormir y, pasado el mismo, podrá usar una cinta elástica unas dos semanas. El objetivo tanto del vendaje como de la cinta es proteger la herida, así como la oreja, y ayudar a su correcta cicatrización, por lo que su uso es indispensable, aunque pueda resultar algo incómodo.
Vuelta a la actividad física
A pesar de no ser una operación complicada, es recomendable que los pacientes se abstengan de hacer ejercicio físico durante un tiempo. Pasadas cuatro semanas desde la intervención se puede comenzar a practicar ejercicio de forma liviana y en seis semanas se pueden volver a practicar incluso deportes de contacto.
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En el caso de los niños es importante que durante unas seis semanas se eviten juegos rudos y actividades que exijan mucho esfuerzo.
Cuidados tras la total recuperación
Una vez que el paciente ya está recuperado del todo no hace falta que siga ningún cuidado con sus orejas, puesto que las heridas habrán curado debidamente y no existe ya ningún tipo de riesgo. Ahora bien, aunque las cicatrices quedan detrás de la oreja y apenas son visibles, es recomendable que durante al menos un año después de la intervención se aplique protector solar en la zona al menos 20 minutos antes de la exposición al sol, repitiendo la operación cada dos horas. Con esto lo que se intenta es proteger al máximo las cicatrices y que no se vuelvan blanquecinas por efecto del sol.
