Durante los primeros 2-3 días, el paciente tendrá que comer sólo alimentos líquidos o semilíquidos, antes de poder pasar a una reintegración gradual de alimentos sólidos. La dieta semilíquida debe reanudarse unos días antes de la eliminación del dispositivo, de acuerdo con la prescripción de su médico.
La dieta líquida podría incluir zumos, leche, sopas, caldos y gelatinas pero se deberán evitar el café, las bebidas carbonatadas, las comidas grasas, el chocolate y los helados, comentan desde la Clínica CIME.
Durante los días posteriores a la colocación del balón gástrico, se puede sentir una cierta molestia en el estómago y es probable que el paciente sufra náuseas, hinchazón, diarrea o incluso calambres. También es común que los pacientes vomiten durante los primeros días después de la inserción, pero en este caso, el especialista podrá prescribir medicamentos calmantes.
Después de la colocación, se recomienda no realizar ninguna actividad física durante al menos 24 horas.