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Depresión post cirugía estética, ¿se puede evitar?

Depresión post cirugía estética, ¿se puede evitar?

Licenciada en Periodismo y Máster en Relaciones públicas y Gabinetes de Comunicación. Me encanta escribir y comunicarme con los demás. Actualmente, redacto contenidos en Multiestetica.

Creación: 4 ago 2017 · Actualización: 16 jul 2019
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Parece un tema casi tabú, sobre todo en el mundo de la cirugía estética, donde se supone que todas las intervenciones y tratamientos buscan mejorar la apariencia y salud del paciente. Pero lo cierto es que la depresión posquirúrgica es también un aspecto que hay que tener en cuenta a la hora de enfrentarse a una intervención estética.

La depresión posoperatoria es un estado emocional que puede sentir un paciente tras una operación de cirugía, un estado de tristeza profunda y apatía que acusan algunas personas tras su paso por el quirófano. Normalmente, en la mayoría de los casos, de trata de un síndrome que solo dura unos días, aunque puede alargarse unas semanas. Todo depende del grado de satisfacción y recuperación del paciente. Por supuesto, puede manifestarse en cualquier tipo de intervención quirúrgica, incluida la cirugía estética.

Causas de la depresión post cirugía estética

Varios son los motivos que pueden ocasionar una depresión post cirugía estética. Por un lado, la causa más evidente parece ser el posible descontento con los resultados conseguidos. Algunas veces el paciente no consigue los resultados esperados y no está satisfecho con la intervención, lo que origina este episodio de tristeza.

Otras veces no son tanto los resultados sino el tiempo en el que estos tardan en hacerse visibles. Es decir, muchas operaciones estéticas no evidencian los resultados, los cambios y la mejoría del paciente hasta que han pasado días o semanas, incluso meses. Esto puede agobiar y entristecer al paciente, que puede sentir depresión al ver que el posoperatorio es muy lento o que los resultados no son apreciables a corto plazo.

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En algunas ocasiones, son los dolores, drenajes y molestias asociadas a ese posoperatorio los causantes de la depresión post cirugía estética. Después de la operación el paciente quiere volver a su ritmo normal, por lo que, a pesar de que haya sido informado de la recuperación, puede sentir depresión al verse con los drenajes y vendajes, o cuando tiene que limitar sus movimientos a consecuencia de los dolores o por prescripción médica. Si se han producido reacciones adversas o efectos secundarios, estos también pueden causar depresión posoperatoria. La hinchazón que provoca una operación estética en la cara, por ejemplo, puede conducir a momentos de agobio y tristeza, ya que esos efectos no se pueden esconder, y ello genera desazón en el paciente.

Su aparición también puede deberse al vaivén hormonal producido con la operación. Los nervios y la presión vivida durante los días previos a la intervención pueden provocar después un descenso del nivel de cortisol (una hormona que se libera con el estrés), lo que ocasiona esa sensación de tristeza y apatía.

Del mismo modo, la situación personal del paciente puede igualmente influir en su estado de ánimo. Las mujeres con niños pequeños o los pacientes que pasan por esta experiencia solos o que no tienen el respaldo de sus familiares en su decisión son más proclives a sufrir depresión tras la operación de cirugía estética.

Cómo evitar la depresión post cirugía estética

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A tenor de todo lo anterior, queremos apuntar algunos consejos que ayudarán a reducir, e incluso evitar, la depresión asociada a la cirugía estética.

  • Reflexionar sobre el paso que se quiere dar. Es fundamental que el paciente esté seguro de que se quiere operar, de que quiere cambiar su apariencia estética. Por ello, es importante que hable con el cirujano sobre el cambio que supondrá la intervención y le plantee todas las preguntas que necesite. Si tiene dudas o no está completamente seguro, es mejor esperar.
  • Solicitar información al cirujano. Muchas veces los efectos adversos o los resultados no son los que el paciente hubiera deseado. Por eso es importante informarse correctamente, preguntando siempre a médicos y cirujanos especializados y con amplia experiencia en esa intervención. Cuanta más información se tenga sobre la operación y el posoperatorio (nos referimos, obviamente, a información real y fidedigna ofrecida por estos profesionales), menores serán las posibilidades de sentir inquietud o tristeza durante el proceso.
  • Ser realista con las expectativas tras la operación. Muchas veces los pacientes no tienen unas expectativas reales. Algunos piensan que con la operación el cambio será radical y esperan encontrar a una persona completamente diferente; otras, desean mejorar sin que se les note y sin que los resultados sean artificiales. Los hay que buscan parecerse a algún famoso y se desilusionan cuando el resultado no es el mismo. En definitiva, hay que dialogar con el médico sobre las expectativas reales de la operación para que el paciente sepa cuáles serán los resultados verdaderos.
  • Confiar en el equipo médico plenamente. Es vital que el paciente tenga confianza plena en el equipo médico que le va a intervenir y que entre él y el cirujano exista una relación profesional pero cercana. De este modo, el primero tendrá la seguridad necesaria para plantear sus dudas y el médico podrá intervenir con tranquilidad y seguridad.
  • Contar con apoyo durante todo el proceso. Es igual de importante que la relación médico-paciente comentada en el punto anterior. Contar con el apoyo de la familia, la pareja o los amigos es fundamental para superar los nervios de la operación y el reposo del posoperatorio. En algunas ocasiones, el paciente acude solo y pasa por todo este proceso sin sentir la compañía ni el apoyo de nadie, ya sea porque no tiene a nadie cerca, ya sea porque la familia o pareja rechaza su decisión o no la apoya. En estos casos, a la inquietud propia por la operación estética y el posoperatorio se sumará al estado de soledad del paciente, lo que puede desembocar en depresión.
  • Saber que cada persona evoluciona de manera diferente. Cada persona reacciona de una manera determinada a los tratamientos, la anestesia y evoluciona de modo distinto, por lo que los tiempos de recuperación, cicatrización y mejora no siempre son los mismos para todos.

Muchas veces es imposible no sentir tristeza o desesperación durante el posoperatorio, pero si se está bien seguro e informado es posible que los síntomas sean menores.

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Madrid, Madrid
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