Es una intervención intensa, pero los dolores son variables y soportables. Tu cirujano te recetará analgésicos y el tratamiento adecuado para tu postoperatorio.
Debes tener en cuenta que en los primeros días el abdomen estará inflamado y puede ser que notes molestias que se irán aliviando con la medicación prescrita por tu cirujano. En algunas ocasiones, el paciente estará en la clínica unos días, dependerá de cada caso y lo acordado con el especialista.
Durante los dos días posteriores se debe guardar relativo reposo e ir incrementando la actividad de manera gradual, la recuperación total será pasados unos 10-15 días.
Cuando te puedas duchar, el cirujano te indicará cómo tienes que hacerlo así como también, cómo tienes que cambiar los vendajes. Además, te recomendará que camines cuando estés más recuperado para evitar trombos venosos.
Tras una semana, el cirujano te retirará los puntos externos. En cuanto los puntos internos, pueden ser necesarias hasta 3 semanas. Es fundamental que lleves la faja postoperatoria día y noche durante un mes ya que es primordial para la recuperación y para moldear el cuerpo.
Esta faja médico quirúrgica de uso diario que ayuda a moldear y sujetar la piel que ha sido o está siendo expuesta a un tratamiento especial. El objetivo es en primer lugar hacer presión en el nuevo espacio que ha quedado entre la piel y el músculo, resultado de haber succionado la grasa. La faja de compresión ayuda a que la zona tratada no resulte en seromas ni se inflame y reduce el sangrado.
Volver a sentirse como antes puede llevar unas semanas. Si tu estado físico antes de la cirugía es bueno y tu musculatura abdominal es fuerte, la recuperación será más rápida. Es importante realizar ejercicio moderado ya que te ayudará a reducir la inflamación y a tonificar los músculos.
Algunas personas vuelven a su trabajo en unas 2 semanas mientras que otras, precisan 3 ó 4 semanas de reposo y recuperación.