Hialuronidasa vs. técnicas correctivas: ¿qué opción es mejor para arreglar un relleno?

Los rellenos faciales con ácido hialurónico se han convertido en el secreto a voces del rejuvenecimiento moderno. Es el tratamiento estrella de celebrities, influencers y de cualquiera que busque un rostro más fresco, sin bisturí y con resultados inmediatos. Pero, como todo en estética, no siempre sale perfecto.
A veces el espejo no devuelve exactamente lo que imaginábamos: labios demasiado voluminosos, pómulos duros al tacto, una asimetría que antes no existía o un pequeño bulto que se nota bajo la piel. En esos casos, surge la gran pregunta: ¿cómo se puede corregir un relleno sin empeorar la situación?
Existen dos caminos posibles: disolverlo con hialuronidasa o ajustarlo con técnicas correctivas. Ambas opciones tienen defensores apasionados y detractores cautelosos. Una promete una solución rápida y definitiva; la otra, un resultado más progresivo y conservador.
Pero ¿cuál es realmente la mejor alternativa? Para responderlo, es importante entender qué hace cada una, cuándo se indica y, sobre todo, cómo elegir con criterio.
¿Qué es la hialuronidasa y por qué todos hablan de ella?
La hialuronidasa es, en pocas palabras, la enzima “antídoto” del ácido hialurónico. Su función es romper las moléculas del relleno, permitiendo que el cuerpo las reabsorba con facilidad. Se utiliza cuando un resultado no convence o cuando existe una complicación médica, como una oclusión vascular o una reacción inflamatoria.
En el mundo de la estética, la hialuronidasa tiene fama de “borrador mágico”, pero conviene no tomarla a la ligera. Su poder es tan grande que, si se aplica en exceso, puede eliminar incluso parte del ácido hialurónico natural de la piel, dejando la zona más hundida o sin soporte.

Por eso, solo debe ser administrada por médicos especializados, que conozcan bien la anatomía facial y sepan calcular la dosis justa. En manos expertas, sin embargo, puede ser la aliada perfecta para empezar de cero y devolverle al rostro su equilibrio.
Un ejemplo típico: alguien se realiza un relleno de labios y, tras unos días, nota un exceso de volumen o una forma poco natural. En este caso, el profesional puede aplicar una microdosis de hialuronidasa para disolver una pequeña parte del producto, afinando el contorno y devolviendo proporción.
En cuestión de horas, los resultados comienzan a notarse, y en dos o tres días el cambio suele estabilizarse. Es como tener la opción de “retroceder un paso” en el camino estético.
Técnicas correctivas: el arte de ajustar sin borrar
Mientras que la hialuronidasa funciona como una goma de borrar, las técnicas correctivas son más bien un pincel fino: buscan ajustar, equilibrar o suavizar sin eliminar lo que ya se ha hecho. Estas incluyen desde añadir pequeñas cantidades adicionales de ácido hialurónico para compensar asimetrías, hasta aplicar masajes profesionales, radiofrecuencia o láser suave para uniformar texturas.
El objetivo es aprovechar el relleno existente, pero reeducar su forma y posición. Es ideal para casos leves, donde el problema no es la cantidad de producto, sino cómo se ha asentado o distribuido. Por ejemplo, si un relleno de ojeras ha quedado ligeramente irregular, puede suavizarse mediante masajes linfáticos y ajustes con microinyecciones, sin necesidad de disolver todo.
Además, estas técnicas tienen un punto a favor: mantienen el volumen y el efecto rejuvenecedor, evitando ese “retroceso” brusco que puede generar la hialuronidasa.
Ventajas y desventajas: la gran comparativa
Hialuronidasa
- Ventajas
- Actúa rápido: en pocas horas se puede ver una mejora significativa.
- Es definitiva: si el resultado no gusta, permite empezar de nuevo desde cero.
- Es segura en manos expertas: imprescindible ante complicaciones médicas como oclusiones o nódulos.
- Desventajas
- Puede ser demasiado potente: si se aplica en exceso, elimina más producto del necesario.
- A veces genera desequilibrio: el rostro puede perder soporte y requerir un nuevo tratamiento después.
- Sensación temporal de flacidez o hundimiento: el área puede necesitar tiempo para recuperar su tono natural.
Artículo relacionado: Cómo eliminar el ácido hialurónico con hialuronidasa
Técnicas correctivas
- Ventajas
- Soluciones más conservadoras: se corrige sin eliminar el relleno existente.
- Resultados graduales y naturales: ideales para pequeños ajustes.
- Menor impacto emocional: el paciente no siente que “pierde” todo su tratamiento.
- Desventajas
- Requieren paciencia: los cambios son progresivos y pueden necesitar varias sesiones.
- No sirven para todos los casos: si el problema es grave o hay una complicación médica, no son suficientes.
- Dependen mucho de la habilidad del profesional que las aplique: el resultado final puede variar según la técnica y experiencia.
¿Cuál es la mejor opción para mí?
Elegir entre hialuronidasa o técnicas correctivas no es una cuestión de gusto personal, sino de diagnóstico. Solo un especialista puede determinar la causa del problema y el mejor camino para solucionarlo. Pero aquí tienes una pequeña guía que puede orientarte en tu decisión:
- Si el relleno ha generado dolor, inflamación, enrojecimiento o cambios de color en la piel, la prioridad es la seguridad. En ese escenario, la hialuronidasa es la elección obligatoria, ya que puede salvar el tejido afectado y evitar complicaciones mayores.
- Si el inconveniente es puramente estético —por ejemplo, una ligera asimetría o un exceso mínimo de volumen—, las técnicas correctivas suelen ser más apropiadas.
- En casos intermedios, el profesional puede combinar ambas: disolver parcialmente con hialuronidasa y, una vez estabilizada la zona, ajustar con pequeñas dosis de relleno para perfeccionar el resultado.
La clave está en evaluar el rostro como un conjunto, no solo el área del relleno. A veces un exceso en una zona se debe a un déficit en otra, y una corrección inteligente pasa por reequilibrar proporciones, no simplemente “borrar”.

Desmintiendo mitos sobre la hialuronidasa
Existen muchas falsas creencias alrededor de la hialuronidasa. Para empezar, no podemos obviar que en redes sociales abundan los testimonios de personas que se oponen a usar hialuronidasa por miedo a “estropear” su rostro o perder su propio ácido hialurónico. Pero la realidad es que, aplicada correctamente, esta enzima no daña la piel ni acelera el envejecimiento.
El secreto está en la dosificación precisa y en la valoración médica previa. Un profesional experimentado realiza siempre una prueba previa de tolerancia y determina la concentración adecuada según el tipo de ácido hialurónico inyectado y el tiempo que lleva en el tejido.
Otro mito común es que “una vez se usa hialuronidasa, ya no se puede volver a rellenar la zona en la que se ha aplicado”. Falso. De hecho, muchos médicos prefieren limpiar el área completamente y, tras unas semanas, aplicar un nuevo relleno desde cero, con resultados mucho más naturales. Es una especie de “reset estético” que, bien planificado, puede incluso mejorar el resultado original.
Lo que nadie te cuenta sobre las correcciones estéticas
Más allá de la técnica, lo que marca la diferencia a la hora de hacer una corrección estética es la comunicación con el profesional. Y es que sí, aunque cueste creerlo, muchos de los resultados insatisfactorios provienen de expectativas poco realistas o de no haber explicado con claridad qué se buscaba.
Por eso, antes de recurrir a una corrección, es fundamental revisar fotos del antes y después, analizar la evolución del relleno y, sobre todo, esperar el tiempo prudencial. El ácido hialurónico necesita entre dos y cuatro semanas para asentarse completamente, y algunas irregularidades iniciales desaparecen por sí solas con el paso de los días.
Actuar demasiado pronto puede llevar a eliminar un resultado que simplemente estaba en proceso de adaptación. Por eso, los expertos insisten: la paciencia también forma parte del tratamiento.
Artículo relacionado: ¿Cuánto duran los rellenos faciales y cuándo es momento de repetir el tratamiento?
¿Cómo decidirse por un tratamiento u otro?
Si tu relleno ha resultado problemático, lo primero es no entrar en pánico. La estética facial moderna ofrece soluciones eficaces y seguras para casi todos los escenarios:
- La hialuronidasa es ideal cuando el problema es evidente o existe riesgo médico. Es rápida, eficaz y, bien utilizada, devuelve la armonía.
- Las técnicas correctivas, en cambio, son perfectas para ajustes sutiles o cuando se busca preservar parte del trabajo previo.
Lo más importante es no improvisar ni acudir a lugares no especializados. Cada rostro es único y cada relleno, distinto. Un producto mal disuelto o una corrección mal planteada pueden generar nuevos desequilibrios. Por eso, la elección del profesional es tan relevante como la del tratamiento.
En resumen, corregir un relleno no tiene por qué ser una experiencia traumática. Puede ser, incluso, una oportunidad para mejorar la versión final, aprender qué funciona mejor para tu rostro y afinar los detalles que te harán sentir más tú.
La clave está en dejarte guiar por especialistas con experiencia, comunicar claramente tus expectativas y confiar en los tiempos del proceso. En estética, como en la vida, a veces la perfección no se consigue a la primera, pero siempre se puede ajustar, pulir y evolucionar.
Ya sea con hialuronidasa o con técnicas correctivas, lo importante es volver a mirarte al espejo y sentir que lo que ves te representa. Porque al final, el mejor resultado es aquel que se nota, pero no se adivina.
Artículos de referencia:
Infante, M. (2025, 20 de julio). Así es la hialuronidasa, el arma del dermatólogo para arreglar errores estéticos del pasado. TELVA. https://www.telva.com/belleza/2025/07/20/686e65b101a2f1a18f8b45aa.html
Qué hacer si un relleno facial ha quedado mal: corrección y solución | Doctor Flecha. (s.f.). Doctor Flecha. https://doctorflecha.com/que-hacer-si-un-relleno-facial-ha-quedado-mal-correccion-y-solucion/
Common dermal filler correction options - The Skin and Wellbeing Clinic Ltd. (s.f.). The Skin and Wellbeing Clinic Ltd. https://www.skinandwellbeingclinic.com/common-dermal-filler-correction-options/










