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Licenciada en Periodismo y Máster en Relaciones públicas y Gabinetes de Comunicación. Me encanta escribir y comunicarme con los demás. Actualmente, redacto contenidos en Multiestetica.
Los angiomas son una dolencia que afecta a la superficie de la piel y que es muy poco conocida aún por la mayoría de la gente. Es por ello que cuando algunas personas, tras observar la aparatosidad que pueden llegar a mostrar los angiomas desde el punto de vista estético, y al conocer que son tumores compuestos de vasos sanguíneos es posible que acaben pensando con preocupación que se trata de una enfermedad peligrosa.
Lo cierto es que la inmensa mayoría de los angiomas son tumores benignos, y por tanto no son cancerígenos y la única razón para extraerlos es la consideración de que son antiestéticos. En realidad todo adquiere un tono más sereno si pensamos los angiomas como de una zona de la piel que tiene más vasos sanguíneos de lo normal, y que además en muchos casos son reversibles y desparecen espontáneamente.
Esta es la pregunta que muchas personas se hacen, en especial los que aparecen tras el nacimiento de un bebé, que es lo más habitual. Los médicos indican que muchos hemangiomas desaparecen antes de los 5 años de edad y la mayoría desaparecen antes de los 10 años. De hecho, tienen algún tipo de angioma hasta un 8% de los niños de entre 0 y 1 año, pero su prevalencia baja al 1% entre el primer y segundo año de vida.
Hay tantos casos de angiomas como personas que lo padecen, es decir, no hay una norma general. Sin embargo, los pediatras con amplia experiencia con angiomas saben que los angiomas que aparecen en los párpados y en los bordes de la nariz poco después de nacer son bastante comunes y que desaparecen bastante rápidamente, antes de cumplir el medio año del bebé. Otros, como los de la nuca duran más e incluso hay personas a los que no les desaparecen, aunque ocultos por el cabello.
En ocasiones hay angiomas que desaparecen pero permanecen ocultos y sólo son visibles cuando la persona (por nerviosismo o estrés) tiene mayorirrigación sanguínea en esa parte del cuerpo.
En realidad un hemangioma es un tipo de angioma. Hay que tener en cuenta que los angiomas se dividen en dos tipos:
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Por un lado, si los angiomas aparecen en determinadas zonas es necesario hacer un estudio de ellos por sí implican alguna afectación interna. Por ejemplo, los hemangiomas de la zona lumbar requieren de un estudio radiológico para descartar alteraciones óseas o renales; si afecta a un segmento grande de la cara, es necesario descartar asociaciones de otro tipo como alteraciones neurológicas y oftalmológicas; y con cinco o más hemangiomas es necesario hacer una ecografía abdominal para descartar hemangiomas en el hígado.
Los hemangiomas (que como hemos visto son llamados también angiomas cavernosos congénitos) son los menos habituales pero también los que más deben preocuparnos. Por un lado no desaparecen cuando el niño crece y además precisan la intervención de un médico especialista, aunque no dejan de ser benignos.
Los hemangiomas pueden afectar no sólo a vasos sanguíneos, sino también a vasos linfáticos (responsables de transportar la linfa, es decir: el líquido del sistema linfático que un cuerpo humano adulto produce en cantidad de 3 litros al día y se incorpora poco a poco a la sangre).
En casos extremos los hemangiomas pueden causar problemas de hemorragias, dificultades respiratorias o en la alimentación, alteraciones en el crecimiento o incluso un deterioro de la visión. En este tipo de casos, los angiomas cavernosos comienzan tratándose con corticoides, para reducir la hinchazón.
Los hemangiomas también se pueden romper y formar una llaga, lo que causa dolor, sangrado, cicatrices o infección.
Como hemos dicho, al ser en muchas ocasiones una dolencia estética, no se acostumbra a tratar de eliminar un angioma, a no ser que concurran circunstancias especiales, como angiomas que se encuentran en zonas complicadas que incluso sangran con frecuencia
Son los dermatólogos, los cirujanos vasculares o los médicos estéticos expertos los que deben guiar al paciente que desee eliminar un angioma, indicando el mejor tipo de tratamiento, según la zona del cuerpo y la extensión de la lesión (tamaño). Los más habituales son:
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Las secuelas de los hemangiomas acostumbran a ser: cicatrices, piel atrófica, pequeños vasos sanguíneos. Estas secuelas se pueden tratar con láseres vasculares o láseres de CO2 fraccionados ablativos.
La verdad es que no hay ninguna forma de prevenir un angioma, ya que, por lo pronto, ni siquiera se conoce la causa exacta que los produce. Se sabe que hay personas más propensas que otras a los angiomas, y que hay cierta predisposición genética. En concreto, hay más casos de angiomas en bebés de sexo femenino, raza blanca y prematuros.
En otras ocasiones se relacionan con el embarazo, con la edad avanzada, o incluso hay angiomas cuya aparición está ligada con la exposición química o con condiciones médicas particulares.
Artículos de referencia
Campillo, S. (2019) Qué es un angioma, por qué aparece y cómo se trata, Vitónica - Deporte y actividad física, fitness, nutrición y vida sana. Vitónica. Available at: https://www.vitonica.com/prevencion/que-angioma-que-aparece-como-se-trata#:~:text=Los%20angiomas%20son%20tejido%20tumoral,de%20sangre%20o%20l%C3%ADquido%20linf%C3%A1tico. (Accessed: October 28, 2022).
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