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Reducción de mamas y posoperatorio

Reducción de mamas y posoperatorio

Licenciada en Periodismo y Máster en Relaciones públicas y Gabinetes de Comunicación. Me encanta escribir y comunicarme con los demás. Actualmente, redacto contenidos en Multiestetica.

Creación: 1 ago 2017 · Actualización: 7 sept 2022
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Cuando se habla de operaciones en los senos lo normal es pensar en el aumento, pero lo cierto es que también existen mujeres para las que tener los pechos grandes es un problema que puede llegar a causarles graves problemas de salud, especialmente en la espalda.

Reducción de mamas o mamoplastia de reducción

Se trata de un procedimiento quirúrgico cuya finalidad es disminuir el tamaño del tejido mamario y de la piel de la zona, haciendo que cada uno de los senos quede más pequeño, ligero y firme.

Es normal que al reducirse el volumen del pecho la areola quede desproporcionada, por lo que muchas veces en la misma intervención se suele hacer también una reducción de la misma.

Las candidatas idóneas para esta intervención son aquellas mujeres que quieren aliviar un problema físico. Por ejemplo, aquellas que debido al tamaño de sus pechos tengan dolores de espalda o de cuello, irritaciones en la piel debajo de la mama, e incluso problemas respiratorios.

Lo normal es esperar a que el pecho se haya desarrollado completamente antes de hacer la intervención, pero en casos en los que el volumen provoque muchas molestias se puede hacer antes la operación.

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¿Cómo se lleva a cabo?

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La paciente es sometida a una serie de pruebas para evaluar su estado físico y analizar el problema que tiene con el tamaño de sus senos.

La cirugía se lleva a cabo bajo anestesia general y suele durar entre tres y cinco horas. Se hacen varias incisiones a través de las que se extirpa el exceso de piel, de grasa y de tejido mamario. Luego se recoloca la areola y el pezón.

Lo habitual es que la areola siga unida a los vasos sanguíneos y a sus nervios, por lo que no se nota después pérdida de sensibilidad. Pero en grandes reducciones de volumen puede ser necesario separarla totalmente del pecho para luego volver a ponerla en su sitio. En estos casos se perderá sensibilidad.

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¿Cómo es el postoperatorio?

La paciente suele estar ingresada de dos a cuatro días; poco a poco va retomando su vida habitual, aunque es normal que los primeros días note más cansancio. Los puntos se retiran entre siete y 14 días después.

En los días siguientes a la operación se aplican a la paciente unos vendajes especiales que sujetan los pechos. Después se debe usar durante todo el día un sujetador especial sin aros. Una vez que los puntos han sido eliminados la paciente ya puede ducharse con normalidad.

Se trata de una intervención importante que genera molestias y dolores que se controlan con analgésicos. Pasados tres días desde la intervención lo normal es que las molestias vayan disminuyendo (salvo que la paciente tenga la menstruación, en cuyo caso puede haber inflamación en la zona y mayores molestias). Se puede ir volviendo poco a poco a la vida normal, pero durante unas dos o tres semanas habrá que abstenerse de realizar esfuerzos físicos y de tener relaciones sexuales.

Uno de los efectos secundarios es que se note algo menos de sensibilidad en la zona, así como la aparición de picores y ardores. Los síntomas mejoran con el paso de los días, pero en algunos casos la pérdida de sensibilidad puede ser definitiva.

Consejos para una buena recuperación

Como en toda intervención, la mejor manera de conseguir una buena recuperación es seguir las indicaciones dadas por el médico.

En estos casos se aconseja que el vendaje adhesivo que se lleva inmediatamente después de la operación no sea tocado ni manipulado por la paciente. Después se debe llevar un sujetador de tipo deportivo durante el tiempo recomendado por el cirujano (suele ser un mes), y en los tres meses siguientes a la operación no se deben usar sujetadores con aro, puesto que pueden ejercer presión sobre las zonas intervenidas.

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La paciente debe hacer sus curas, pero se recomienda no hacerlo con las manos desnudas, mejor usar guantes de látex. Para paliar los dolores y molestias hay que huir de la automedicación y limitarse a tomar los medicamentos prescritos por el especialista.

En tres meses siguientes la paciente no podrá tomar el sol en la zona operada, y en las primeras semanas deberá evitar dormir boca abajo. En cuanto a la ropa, se recomienda usar prendas cómodas y que no opriman la zona del pecho.

Hidratarse antes y después de la intervención ayuda a la recuperación. Lo que no ayuda es el tabaco, por eso los especialistas recomiendan dejar de fumar al menos cuatro semanas antes de la operación y durante las tres semanas siguientes a la cirugía.

La salud postural es importante durante la recuperación. La espalda debería permanecer siempre recta y se debe evitar encoger los hombros. Los períodos de descanso se deben combinar con algo de ejercicio moderado, como salir a dar un paseo.

La paciente debe estar pendiente de la evolución de sus heridas y si detecta algo extraño o diferente a lo indicado por el cirujano, o si no se encuentra bien, debe acudir inmediatamente al médico.

¿Quedan cicatrices?

La reducción de mamas es una operación de gran envergadura en la que quedan cicatrices que serán visibles durante un tiempo. Lo normal es que su tamaño y su forma se vaya reduciendo paulatinamente. En la mayoría de los casos, con el paso del tiempo las cicatrices solo son visibles desde cerca.

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Si las cicatrices se exponen de forma directa al sol hay que protegerlas con crema con un factor de protección solar alto; así se evita que se puedan decolorar y notarse más.

Por último, hay que tener en cuenta que después de la intervención los pechos tardarán unos meses en lucir su forma definitiva, pero se verán afectados por los cambios hormonales normales en el cuerpo de toda mujer y también por los cambios de peso.

También es habitual que las pacientes tarden algunas semanas en adaptarse a su nueva imagen. Especialmente en aquellos casos en los que la reducción ha sido importante.

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