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Todo lo que debes saber sobre el aumento de mentón
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Una de las intervenciones que de forma más evidente remodela los rasgos faciales de una persona es la mentoplastia, es decir: el aumento (y en ocasiones la disminución) de mentón, ya que es éste una de las tres partes que más definen el rostro de una persona desde un punto de vista estético. Los resultados son inmediatos y muy visibles desde el punto de vista del perfil de la persona.
¿Quiénes son candidatos para una mentoplastia?
La mentoplastia se desarrolló para pacientes que tienen anormalidades en el desarrollo de los huesos de la mandíbula que hacen que su rostro sea sensiblemente asimétrico, e incluso en personas con agenesia congénita (que nacen sin una parte de la mandíbula) o como forma de reconstruir esa zona del cráneo tras un accidente o un cáncer.
Sin embargo hoy en día es una intervención que se ha extendido a una parte de los pacientes que reciben una cirugía ortognática para mejorar el equilibrio y el aspecto del óvalo facial cuando se han recolocado los huesos de mandíbula y maxilar o también en aquellos que desean armonizar rasgos faciales porque considera que su barbilla o mentón son demasiado pequeños o grandes.
Muchas veces se recomienda también la mentoplastia tras o durante el proceso de reasignación de género, ya que es una de las zonas de la cara más relacionadas con nuestra percepción de la personalidad, dando una apariencia de fuerza a la cara. Tradicionalmente se ha asociado un mentón demasiado pequeño a personas con timidez, indecisas y también a la feminidad, mientras que los mentones fuertes o grandes son asociados a personas atléticas, agresivas y decididas.
El aumento de mentón: una intervención rápida y sencilla
Aunque se trata de una intervención que varía mucho de un paciente a otro según la dificultad particular del caso, la cirugía del mentón acostumbra a ser una intervención relativamente rápida y sencilla que además da como resultado un cambio muy significativo en el rostro de la persona tanto en barbilla como en mentón.
Es una intervención que conlleva escaso riesgo y que en el peor de los casos puede provocar moretones, infecciones, desplazamiento del implante, hinchazón en la zona circundante, daño en la dentadura durante la operación, pérdida de sensibilidad, coágulos y sangrado anormal, o bien una mala cicatrización.
Los resultados de esta cirugía se pueden apreciar desde el momento en el que se retiran los vendajes, aunque para apreciar de forma más notable los cambios es necesario esperar alrededor de un mes, momento en que la inflamación desaparece.
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Técnicas para mentoplastias
Hoy en día los cirujanos estéticos acostumbran a realizar esta intervención con una técnica llamada genioplastia ósea, que tiene las ventajas de que sólo requiere de una pequeña incisión en el interior de la boca para no dejar cicatriz visible y también de que es una operación que no dura más de una hora.
Muchas veces se estabiliza con placas y tornillos y en ocasiones se puede usar injerto de hueso si el espacio es demasiado grande. También es habitual el uso de implantes de mentón fabricados con materiales biocompatibles con el organismo que no se descomponen ni son absorbidos, con bajísima tasa de rechazo.
Las genioplastias para aumento o disminución de mentón permiten desplazar la barbilla delante o atrás, moverla lateralmente en caso de barbillas asimétricas y, lo más habitual, alargar o acortar el mentón.
En ocasiones algunos centros recomiendan una intervención llamada JAWContour como forma de mejorar el mentón. Aunque se trata de un nuevo método de cirugía poco invasiva destinado específicamente a la región mandibular y el mentón, se trata de una lipoescultura mini con varias incisiones que eliminan tejido graso de lo que llamaríamos “cocochas” y por ello es recomendable para personas que desean eliminar mentón y no tienen flacidez de la piel en esa zona. También existen intervenciones para aumento de mentón mediante lipofilling o incluso con ácido hialurónico pero en estos casos no es seguro que los resultados sean permanentes por la alta posibilidad de que el material sea reabsorbible.
¿Cómo es el preoperatorio y el postoperatorio de una mentoplastia?
Uno de los momentos claves en una mentoplastia es cuando el cirujano hace el diagnóstico, lo que le permitirá la planificación posterior del procedimiento, determinando así el procedimiento más adecuado para restablecer el equilibrio de las facciones del paciente y si será necesario hacer también algún tipo de cirugía ortognática. Para ello el doctor realizará un análisis facial completo, normalmente acompañado de fotografías de varios ángulos y casi siempre mediante un escáner cráneo-facial. Es recomendable que el paciente pueda ver una simulación de los resultados para conocer de antemano cuáles deben ser sus expectativas.
En cuanto al postoperatorio, el edema que deja la operación en la zona puede tardar semanas en bajar y los labios también pueden moverse y tardar hasta varios meses en adaptarse funcionalmente. Normalmente suele haber pérdida de sensibilidad en la zona del labio inferior que tarda también varios meses en resolverse.
Para garantizar el éxito de la cirugía es imprescindible seguir todas las indicaciones del médico además de estas pautas:
- Seguir una dieta líquida durante los primeros días puesto que debido al dolor y a la hinchazón no podrá masticar normalmente.
- No realizar ningún esfuerzo físico durante los primeros 15 días.
- Evitar tocar la zona durante los primeros días ya que podría provocar la movilización del implante o relleno
- Aplicar hielo o compresas frías en la zona.
- Dormir boca arriba para evitar cualquier posible daño en la zona del mentón.
- No exponerse al sol al menos durante 2 meses, y llevar protección solar alta al menos durante 6.
Artículos de referencia:
