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Lipofilling facial. Fases.
El Lipofilling Facial fue popularizado por el cirujano plástico estadounidense Sydney R. Coleman a mediados de la década de 1990, proporcionando un marco para el injerto de grasa facial que permitió la estandarización de la técnica y la obtención resultados más predecibles. Es un recurso empleado a diario en cirugía cosmética y reconstructiva en todo el mundo, debido principalmente a sus ricas fuentes, fácil recolección y mínima invasividad como procedimiento quirúrgico.
El injerto de grasa ha evolucionado significativamente durante el último siglo y ha demostrado tener un propósito no solo anatómico sino también funcional. Las indicaciones para el injerto de grasa en la cara incluyen cambios de envejecimiento, daño solar y deformidades de los tejidos blandos (ya sean congénitos como ocurre en el síndrome de Parry-Romberg, la microsomía craneofacial o el síndrome de Treacher Collins, o adquiridos como es el caso de la lipodistrofia relacionada con el virus de la inmunodeficiencia humana, las cicatrices, los defectos quirúrgicos y la pérdida traumática de tejidos blandos).
La técnica original implicaba recolección, purificación e inyección con el objetivo de separar los componentes no deseados (aceite, contenido hemático, anestésico local y otro material no celular) mediante centrifugación e inyectar la grasa en pequeñas alícuotas con cada pasada.
Podemos dividir el Lipofilling, arbitrariamente, en 3 categorías según el volumen necesario. Las “tres categorías” son injertos de grasa de pequeño volumen (<100 ml), injertos de grasa de gran volumen (100 a 300 ml) e injertos de grasa de megavolumen (>300 ml). El injerto de grasa facial es un procedimiento de pequeño volumen (<100 cm³).
La cirugía de Lipofilling puede dividirse en cuatro fases:
- Selección del sitio donante.
- Recolección de la grasa.
- Purificación de la grasa.
- Inyección de la grasa.
Existen varios sitios donantes con abundantes recursos adiposos que son fácilmente accesibles en posición supina y adecuados para recolectar para lipotransferencia facial, como abdomen, muslo, flanco, rodilla y glúteos. Hasta ahora, ha habido poca evidencia sobre cuál es el sitio donante óptimo para el injerto de grasa. Pero la parte inferior del abdomen y la parte interna del muslo contienen una mayor densidad de células madre, por lo que, si el paciente y las circunstancias lo permiten, suelen ser la zona donante de elección.
Dependiendo de las preferencias del paciente y del equipo médico, y del volumen de grasa requerido, la grasa se recolecta bajo anestesia local o general. En cualquier caso, se emplea solución tumescente que se infiltra en el sitio donante de 10 a 15 minutos antes de la extracción del tejido adiposo para una recolección del injerto de grasa menos traumática.
La aspiración con jeringa podría considerarse la técnica más utilizada para la recolección de injertos de grasa facial. Este procedimiento relativamente menos traumático es especialmente practicable en injertos de grasa facial debido a la pequeña cantidad de grasa requerida.
Se han desarrollado varios enfoques para concentrar eficazmente la grasa aspirada antes del trasplante. Esas técnicas populares incluyen la centrifugación, la filtración, el lavado y la sedimentación por gravedad. El debate entre una técnica u otra se basa en los factores más cruciales entre los procedimientos de remodelación regenerativa de los injertos de grasa, como maximizar la cantidad de células madre y preservar la mayor cantidad de adipocitos intactos.
Tras aplicar en la zona a injertar anestésico local y vasoconstrictor, se transfiere el injerto graso en la zona seleccionada, cerca de un suministro de sangre adecuado. La presencia de cicatriz debe abordarse liberando cualquier adherencia, y luego inyectando un volumen apropiado de grasa en esa área.
Se deben utilizar diferentes profundidades de colocación de grasa, según el efecto deseado:
- La grasa colocada en las capas intradérmicas o subdérmicas es ideal para mejorar las arrugas y la calidad general de la piel. A este nivel se debe tener cuidado de no dañar el plexo subdérmico y crear irregularidades superficiales.
- La grasa colocada profundamente, bajo el periostio, se utiliza para cambiar la forma en que la envoltura de tejido blando restante cubre la estructura ósea de la cara.
- La grasa colocada en las capas subcutáneas intermedias restaura el volumen para rejuvenecer o establecer una proporción facial diferente.
Al finalizar la colocación del injerto, se realizan las suturas necesarias. Se aplican prendas de liposucción postoperatorias estándar o vendajes compresivos en los sitios donantes para prevenir la formación de hematomas y seromas. Durante las primeras 72 horas después de la operación, se pueden aplicar compresas frías (pero no heladas) en la cara de forma intermitente para reducir las molestias, los hematomas y la hinchazón. Inicialmente, se probaron varios apósitos, pero la mayoría eran engorrosos y no se observó ningún beneficio. Por lo tanto, los vendajes faciales fueron abandonados por completo. Se debe evitar el masaje profundo del rostro, ya que puede provocar migración de grasa, reabsorción o necrosis. Sin embargo, se realiza un toque ligero para estimular la migración linfática.
La tasa de complicaciones tras lipofilling facial es muy baja, está estimada en un 2%. La prevención es primordial para evitar complicaciones graves. Las claves para la prevención son conocer la anatomía, preparación adecuada del sitio receptor, y técnica de inyección segura.
