Lo que nadie te cuenta sobre la labioplastia y el riesgo de vulvodinia

Lo que nadie te cuenta sobre la labioplastia y el riesgo de vulvodinia
Katarzyna Golko
Licenciada en Filología Hispánica y Traducción por la Universidad Jaguelónica. Estoy especializada en la traducción de textos médicos. Adquirí experiencia en la mayor editorial médica de Polonia.
Creación: 31 may 2025 · Actualización: 31 may 2025
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Imagínate esto: te haces un procedimiento estético para sentirte más cómoda y segura con tu cuerpo, y terminas con un dolor crónico que nadie puede explicar, una especie de incendio invisible en tu zona más íntima. Suena extremo, ¿no? Pero esta es la realidad para algunas mujeres que, tras someterse a una labioplastia, desarrollan una condición llamada vulvodinia.

Hoy hablamos sin filtros de lo que implica esta cirugía estética cada vez más común, de los riesgos que no suelen aparecer en los panfletos del consultorio, y de por qué tu bienestar no debe ponerse en juego por un ideal de belleza que puede doler, literalmente, hasta el alma (y los nervios).

¿Qué es la labioplastia y por qué tantas mujeres la eligen?

La labioplastia es una cirugía estética que reduce o modifica la forma de los labios menores (aunque en ocasiones también los labios mayores). Y sí, es una de las cirugías genitales más populares entre mujeres cisgénero, especialmente en edades entre los 20 y 40 años.

Muchas lo hacen por razones estéticas: labios asimétricos, “muy largos” según estándares idealizados, o simplemente por incomodidad con su apariencia. Otras, por motivos funcionales: molestias al hacer ejercicio, usar ropa ajustada o durante el sexo.

Y aunque cada mujer tiene derecho absoluto sobre su cuerpo, hay algo que muchas veces no se menciona: esta cirugía, que parece menor, puede tener consecuencias más profundas que un simple cambio estético.

Riesgos Labioplastia
Es importante tener en cuenta los riesgos que conlleva una labioplastia antes de tomar una decisión

El lado oscuro de la bisturí: cuando el nervio dice "¡ouch!"

Detrás de una labioplastia hay una anatomía rica y delicada, donde los nervios cumplen un papel clave. El área genital femenina está llena de terminaciones nerviosas, muchas de las cuales conectan directamente con la sensación de placer... y de dolor.

El problema aparece cuando durante la cirugía se cortan o dañan accidentalmente algunos de esos nervios sensitivos, especialmente el nervio pudendo y sus ramas. Aquí es cuando entra en escena la protagonista menos deseada: la vulvodinia.

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Vulvodinia: el dolor que no se ve (pero que se siente en todo)

La vulvodinia es un dolor crónico en la vulva, sin causa aparente. Puede sentirse como ardor, picazón, escozor, punzadas o incluso una sensación eléctrica. Algunas mujeres lo describen como si tuvieran “una herida abierta” o “vidrios rotos” cada vez que se sientan, caminan o tienen relaciones sexuales.

Y lo más frustrante es que, a simple vista, todo parece normal. No hay infección, no hay inflamación visible, pero el dolor está ahí. Persistente. Insoportable.

Aunque la vulvodinia puede tener diversas causas, cada vez hay más casos reportados en mujeres que la desarrollan después de una labioplastia. ¿La razón? Un nervio dañado o cortado durante la cirugía, que desencadena una respuesta dolorosa crónica en el sistema nervioso periférico.

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¿Por qué nadie habla de esto?

La industria de la cirugía estética íntima está en auge. Solo en la última década, la labioplastia ha aumentado más del 200% en países como Estados Unidos, Reino Unido y Australia. Instagram, pornografía, tendencias de depilación extrema, y hasta la moda fitness con ropa ultraceñida han contribuido a este boom.

Pero mientras la narrativa habla de “empoderamiento”, “autoestima” y “comodidad”, pocas veces se discuten los efectos secundarios reales, como cicatrices, pérdida de sensibilidad o el dolor crónico.

Parte del problema es que la vulvodinia sigue siendo una gran desconocida. Muchas mujeres pasan años yendo de médico en médico sin diagnóstico claro. A otras se les minimiza el dolor (“es psicológico”, “es estrés”), y mientras tanto, sus vidas sexuales, profesionales y emocionales se ven gravemente afectadas.

¿Qué dicen los estudios?

Aunque no hay una montaña de evidencia (aún), los estudios existentes son alarmantes. Varias investigaciones han encontrado una correlación entre la labioplastia y la aparición de dolor vulvar persistente, y algunas publicaciones médicas señalan que la labioplastia puede afectar los nervios sensitivos si no se realiza con técnica cuidadosa, especialmente cuando se hacen cortes profundos o se elimina tejido sin respetar las terminaciones nerviosas.

Además, expertos en ginecología regenerativa advierten que la anatomía vulvar varía tanto entre mujeres, que no hay una “técnica universal segura”. Lo que para una paciente es una operación sin secuelas, para otra puede ser el inicio de un calvario.

Vulvodinia
La vulvodinia es un dolor o molestia crónica en la zona vulvar causada por el daño nervioso durante una labioplastia.

Lo que deberías saber (antes de tomar la decisión)

Si estás considerando una labioplastia, aquí van algunas preguntas esenciales que deberías hacerle a tu cirujano (y a ti misma):

  • ¿Tiene formación específica en anatomía vulvar y experiencia en labioplastias?
  • ¿Cuántos procedimientos ha hecho? ¿Cuáles fueron los resultados a largo plazo?
  • ¿Conoce y ha tratado casos de vulvodinia?
  • ¿Te está ofreciendo una visión realista de los riesgos?
  • ¿Estás segura de que lo haces por ti, y no por presión externa?

También puedes consultar con una fisioterapeuta de suelo pélvico o una ginecóloga especializada en dolor vulvar antes de pasar por el quirófano. Ellas pueden ofrecer alternativas no invasivas o darte una visión más integral.

Artículos relacionados: Recomendaciones para una labioplastia

La presión estética no debe doler

Está bien querer sentirse bien con el propio cuerpo. Está bien desear cambios. Lo que no está bien es que una cirugía pensada para mejorar la calidad de vida termine robándotela.

La vulvodinia no es una simple "complicación rara", es una realidad con nombre, rostro y miles de mujeres detrás. Mujeres que merecen ser escuchadas, informadas y protegidas de decisiones médicas sin la transparencia adecuada.

Porque tu placer, tu salud y tu cuerpo no son una tendencia. La vulva no necesita “corrección”. No hay una forma perfecta, ni un color perfecto, ni una simetría obligatoria. El estándar de belleza íntima que nos venden es tan ficticio como injusto.

Antes de tomar una decisión quirúrgica, asegúrate de tener toda la información. El empoderamiento verdadero no duele. Se siente fuerte, libre, segura. Y si tu cuerpo ya te da eso, créeme: no necesita bisturí.

Artículos de referencia:

Aesthetic labia minora and clitoral hood reduction using extended central wedge resection - PubMed. (s.f.). PubMed. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19050531/

The Safe Practice of Female Genital Plastic Surgery - PubMed. (s.f.). PubMed. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34249585/

Vulvodinia, un problema olvidado y difícil de resolver. (s.f.). Elsevier | Un negocio de análisis de información. https://www.elsevier.es/es-revista-clinica-e-investigacion-ginecologia-obstetricia-7-articulo-vulvodinia-un-problema-olvidado-dificil-S0210573X11000633

Vulvodinia - Síntomas y causas - Mayo Clinic. (s.f.). Top-ranked Hospital in the Nation - Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/vulvodynia/symptoms-causes/syc-20353423

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