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Licenciada en Periodismo y Máster en Relaciones públicas y Gabinetes de Comunicación. Me encanta escribir y comunicarme con los demás. Actualmente, redacto contenidos en Multiestetica.
La zona de los párpados es una de las que más acusa el paso del tiempo. Hoy en día existen tratamientos no invasivos que pueden ayudar a rejuvenecer la zona, pero para unos resultados verdaderamente óptimos la mejor solución es la blefaroplastia.
Según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), la blefaroplastia es una de las cirugías plásticas más demandadas, tanto por hombres como por mujeres que quieren lucir una mirada más joven y fresca. Este procedimiento se trata de retirar la mayor cantidad de grasa localizada en la zona de los párpados, junto el exceso de piel. Esto le permite al cirujano corregir la apariencia tanto de los párpados superiores como inferiores. Muchas veces, las personas buscan esta cirugía, no solo por un tema estético, sino también visual, ya que los párpados caídos impiden una correcta visión.
Es importante destacar que esta cirugía no corrige las arrugas del contorno de los ojos, o como mejor se conoce las “patas de gallo’’, para ello, el paciente debiera combinar con otras técnicas quirúrgicas, como el lifting cervicofacial o frontal.
El candidato perfecto para someterse a esta intervención son personas que estén físicamente saludables y psicológicamente estables. Así mismo, la mayoría de las personas que se someten a este tipo de cirugía tiene más de 35 años, ya que es una edad en que comienzan a aparecer los primeros signos de envejecimiento.
Puede haber casos de personas más jóvenes que se someten a esta cirugía, ya que el factor genético también puede incidir en la aparición temprana de flacidez y bolsas en los párpados.
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No está recomendado para personas con problemas a la tiroides, que sufran de presión alta, enfermedades cardiovasculares, glaucomas, con desprendimiento de retina, entre otras. Tampoco está recomendado para mujeres embarazadas o en período de lactancia.
Se trata de una cirugía de rejuvenecimiento de los párpados que puede hacerse en el párpado inferior, en el superior o en ambos.
La blefaroplastia es un procedimiento de rejuvenecimiento indicado tanto para mujeres como para hombres. La forma de las cejas de los hombres, más bajas y menos curvas, y la presencia de piel más gruesa y con más músculos en la zona de los párpados, son las únicas peculiaridades a tener en cuenta cuando se trata de hacer una blefaroplastia masculina. Por lo demás, el tratamiento es tan sencillo como en el caso de las mujeres y la cicatriz que queda es mínima.
Existe además un procedimiento que se conoce como blefaroplastia asiática. Es una de las cirugías oculares más demandadas en países como China, Corea y Japón. El objetivo es conseguir una mirada más occidental, eliminando ese aspecto tan rasgado.
La blefaroplastia es un proceso que ayuda a conseguir una mirada más joven y no hay ningún problema a la hora de combinarla con otros tratamientos como la cantopexia o cantoplastia, que elevan la parte externa de los párpados para dar al ojo un aspecto más afilado y atractivo.
La blefaroplastia también puede combinarse con una lipoescultura facial. De esta forma a través de la blefaroplastia se elimina la grasa de zonas del rostro en las que sobra, y por medio de la lipoescultura facial se rellena con grasa del propio paciente aquellas zonas de la cara que han perdido volumen, consiguiendo un aspecto más joven.
Luego de la intervención el cirujano le aplicará una pomada especial en la zona de los ojos, con la finalidad de mantenerlos lubricados.
Para una correcta recuperación le indicarán que mantenga la cabeza elevada, aplicándose cada cierto tiempo compresas frías para disminuir la hinchazón y aliviar los síntomas. En algunos casos también puede que se le receten gotas para los ojos (colirios oftálmicos).
Según explican desde la SECPRE los puntos se pueden retirar pasados los 2 a 7 días luego de la intervención. Es importante que el paciente mantenga reposo durante unos 5 días, evitando hacer ejercicios físicos por 1 mes.
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A pesar de que los riesgos asociados son poco comunes en este procedimiento pueden haber algunas complicaciones como:
En un comienzo la persona podrá notar que la cicatriz es de color rosado, lo que perdurará por un par de meses, luego este color irá desapareciendo y se convertirá en una línea delgada y casi imperceptible.
El paciente podrá experimentar un cambio notorio en su mirada, la cual lucirá mucho más joven, con apariencia más “descansada o depierta’’. Los resultados son permanentes y en la mayoría de los casos perduran a lo largo de los años.
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