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Nuestra paciente Laura nos cuenta cómo fue su experiencia al operarse de aumento de pecho y las razones que la llevaron a ello.
Yo siempre había tenido claro que me quería operar el pecho. De pequeña tenía bastante complejo porque estaba bastante plana porque siempre he hecho mucho deporte y tenía la espalda bastante desarrollada entonces parecía que se notara aún más, entonces siempre había tenido claro que llegado el momento me operaría el pecho.
Mucha gente no lo entiende cuando tenemos complejos tan arraigados. Yo llegué a los diez, doce años a soñar que de repente tenía pecho, entonces para mí fue un sueño tan guay, me sentí súper bien, súper cómoda conmigo misma y yo creo que ahí decidí que me iba a operar el pecho siendo ya bastante pequeñita, porque realmente tu puedes mejorar tu cuerpo en el gimnasio, con dietas, yo de hecho bajé treinta kilos en su momento, pero sí es verdad que el tema del pecho es algo que por mucho que tú intentes no va a cambiar, y si de verdad te quieres ver bien y cómoda contigo misma es un paso, que aunque puede llegar a ser complicado de dar y te puede dar un poco de miedo, es algo con lo que después te sientes muy bien contigo misma y muy cómoda, porque cualquier complejo si puedes superarlo te va a dar seguridad en tu día a día, en tu vida, en tu trabajo, contigo misma cuando te miras al espejo.
Y yo decidí dar el paso seis o siete meses antes de operarme empecé a informarme, empecé a ir a varias clínicas, a hablar con cirujanos, a informarme de cómo era el proceso de la operación y el post-operatorio y hasta que no lo tuve totalmente claro, sabía que no iba a dar el paso.
Antes de conocer Cosmédica estuve en varias clínicas, hablé con varias personas, vi a varios cirujanos y salía como diciendo “Vale ok está bien pero siento que me estás vendiendo un producto que al final no me acaba de convencer”, salía sin estar 100% segura, y de hecho venía con amigas y mis amigas me decían “Pues a mí tampoco me acaba de convencer” era como que no. Y cuando vine a Cosmédica y conocí a mi cirujano dije “¡Es él!” lo tuve claro, fue como un presentimiento, una corazonada, no sé, no sabría cómo expresarlo pero me sentí genial con él y con la clínica en general que ha sido un trato, una seguridad, una tranquilidad, un todo que si yo me tuviera que volver a hacer cualquier cosa tendría muy claro que sería aquí.
El post-operatorio te tienes que mentalizar que tienes que estar muy tranquila, que la primera semana tienes que tener a alguien que te ayude pero mi frase es que merece la pena, totalmente. El dolor no es para nada súper intenso, es súper soportable, lo único es que tienes que estar tranquila, tienes que estar muy mentalizada que no puedes coger peso, que no puedes conducir, que es un proceso que lo tienes que hacer bien si quieres que el resultado sea el que tú pretendes y el que el cirujano ha intentado que sea así. Tienes que estar muy mentalizada que mínimo un mes relax total.
Quien más me apoyó fue mi abuela. Es algo curioso, ni mis amigos ni mi familia estaban muy a favor de la operación, no entendían por qué me iba a meter en un quirófano por decisión propia. Mi abuela me dijo que me entendía, que me apoyaba y que lo hiciera. Entonces yo pienso que eso en realidad no debe influirte o a mí no me influyó, que si tú tienes una decisión tomada firmemente, no tiene por qué dejarse influir por nadie a tu alrededor porque al final tú vives tu vida y tienes que vivirla como más feliz te haga. A mí después mi entorno me ayudó muchísimo en el post-operatorio porque sino no hubiera podido, pero a la hora de tomar la decisión, fue mía.
