La fotodepilación (o IPL) es el sistema de depilación permanente que actúa mediante la tecnología de la Luz Pulsada Intensa. Dependiendo del fototipo de la piel, el médico estético te recomendará un sistema u otro de depilación permanente. Está especialmente indicada para personas con piel clara y vello fino. Las sesiones dependen de la zona a tratar. Por ejemplo, una sesión de piernas enteras puede oscilar entre los 20 y los 40 minutos. La fotodepilación ha demostrado ser efectiva, con una disminución del crecimiento del vello de hasta un 95%.
Los resultados son duraderos, ya que el vello casi no vuelve a crecer tras el tratamiento. En cuanto a sus efectos secundarios, como es lógico, el principal riesgo es sufrir quemaduras. Otros efectos secundarios son urticarias, recrecimiento o crecimiento paradójico (crecimiento de vello en la zona tratada o en áreas próximas a la misma), foliculitis, dermatitis y aparición de vello cano.
El tratamiento de fotodepilación se trata de una luz que, gracias a un filtro, es capaz de emitir en varias longitudes de onda.
Se deberá evitar la exposición al sol. Se aconseja no practicar ejercicio físico. También se recomienda no ducharse con agua demasiado caliente. Proteger la piel con protección solar y aplicarse agua fría sobre la piel tratada son una buena opción para reducir las molestias de la fotodepilación.
Está contraindicado en mujeres embarazadas o que estén amamantando. Tampoco se aconseja en pacientes con problemas cutáneos o que presenten la piel muy bronceada.
No, la fotodepilación no es un tratamiento cubierto por la Seguridad Social en tanto se considera como un tratamiento estético y no como un tratamiento que vaya a mejorar la salud. Por la misma razón, la fotodepilación tampoco está cubierta por la mutua.
La elección de un centro o cirujano cualificados es el primer paso para que el tratamiento pueda satisfacer tus expectativas.