Quería mejorar mi piel. Tenía miedos a los efectos secundarios.
Yo buscaba sentirme mejor conmigo misma, eso fue lo que me hizo ponerme Botox. Me daba miedo quedarme mal y quería saber pues si dolía y todo eso porque además tengo miedo a las agujas. El tratamiento fue muy bien y no fue nada doloroso, lo mejor es ver lo bien y maravillosa que me veo. Volveré a repetir.