
Lo hice porque quería conseguir masculinizar un poco más mi cara, disminuir un poco el efecto papada y la curva de mi perfil en la zona del cuello, tenia esa parte de la piel algo caída y como de persona mayor, cuando tengo 34 años y debería estar más tersa. Así que tras estudiar diferentes opciones tomé la decisión y no puedo estar más contento.
Ni falta de barbilla me hacía sentirme acomplejado e inseguro. Pero, meterme en un quirófano me parecía excesivo. Al final consulté sobre las opciones. Un equipo médico encantador que me atendió y tranquilizó todo el tiempo obró el milagro. En mi caso, con un implante y sin problemas de rechazo. Una maravilla.