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Rinoplastia ultrasónica: lo último en cirugía para la nariz
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Las estadísticas demuestran que uno de los rasgos faciales con el que menos a gusto están los hombres y mujeres es su nariz. Este órgano tan importante para una correcta respiración puede adoptar diferentes formas y grosores, y a veces tenemos la mala suerte de que la forma y el tamaño de la nariz que nos ha tocado no es la que mejor le va a nuestro rostro.
También puede ocurrir que, a consecuencia de un golpe o un accidente, esa parte de nuestro cuerpo que no nos ocasionaba ningún problema se haya convertido en un rasgo que nos incomoda.
Pero además de los factores estéticos, también están los relacionados con la salud, y es que un tabique desviado u otras alteraciones funcionales pueden impedirnos respirar adecuadamente.
Por todo ello, no es extraño que año tras año la rinoplastia esté entre las cinco operaciones estéticas más practicadas en nuestro país.
¿Qué consigue la rinoplastia?
Se trata de una intervención quirúrgica que puede corregir tanto las deformidades estéticas como las alteraciones funcionales. Es una operación bastante común y a día de hoy no tiene prácticamente ninguna complicación para un cirujano experto.
Sin embargo, en esta cirugía se alteran de forma significativa las estructuras que le dan forma a la nariz, llegando a tocarse incluso el hueso y el cartílago. Eso provoca que, tras pasar por quirófano, aparezcan molestias e inflamación en la zona intervenida. Dichas molestias perduran unos cuantos días.
Uno de los efectos secundarios más visibles, y más molestos, de esta intervención es la aparición de moretones e hinchazón que llegan hasta la zona de los ojos y que, en algunos casos, tardan incluso semanas en desaparecer.
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¿Qué retoques puedo hacerme en la nariz?
Con una rinoplastia se pueden modificar tres aspectos básicos en la nariz: la simetría, la forma y el tamaño. Dentro de esta operación se puede cambiar la forma de la punta de la nariz o del puente, aumentar o reducir al ancho de las aletas nasales, alinear las aletas con el labio e incluso ampliar o reducir el tamaño.
Quitando o añadiendo pequeñas porciones de tejido se pueden obtener resultados realmente espectaculares, consiguiendo un importante cambio en la fisionomía facial del paciente.
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¿Existe una alternativa a la rinoplastia tradicional?
La medicina estética avanza cada vez más hacia procesos que sean lo menos invasivos posible. Ya existen tratamientos con láser que pueden sustituir a intervenciones como un lifting facial. En el campo de la remodelación de nariz también se han conseguido mejoras.
Una de las últimas alternativas para poder arreglarse la nariz sufriendo menos molestias es la rinoplastia ultrasónica. La principal novedad de esta técnica es que se utiliza un bisturí piezoeléctrico especial. Con él se consigue actuar con mucha mas precisión sobre el hueso y el cartílago, lo que causa menos traumatismo.
El resultado final es que se reduce el sangrado y también la aparición de moratones y de inflamación, haciendo que el posoperatorio sea un proceso mucho más llevadero y menos doloroso. Ello permite que el paciente se pueda reincorporar antes a su vida cotidiana. Además de acortar el período de recuperación, esta intervención consigue que no haya incisiones en la parte exterior de la nariz.
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¿Qué ventajas tiene una rinoplastia ultrasónica?
En primer lugar, se consiguen unos resultados más naturales, puesto que el bisturí piezoeléctrico especial permite al cirujano trabajar con una mayor precisión, pudiendo retocar únicamente aquellas zonas que afectan a la falta de armonía en el rostro. Este trabajo más preciso se traduce, a la vez, en un mejor proceso de cicatrización; así, resulta más sencillo conseguir el resultado deseado por el paciente.
La segunda ventaja es que produce menos traumatismo al dejar de lado el escoplo y el martillo para fracturar el hueso. Al causar menos presión sobre el hueso, el daño producido es menor. No se ven afectadas las estructuras cercanas a la nariz; el resultado es que la zona de los ojos está mucho menos inflamada y con menos hematomas.
Otra de las ventajas de este nuevo método de cirugía es que la recuperación es mucho más rápida. Al resultar menos dañadas las zonas aledañas a la nariz, el paciente nota menos dolor durante el posoperatorio, así como menos inflamación y menos presencia de moratones. En un plazo de aproximadamente siete días el paciente puede empezar a realizar su vida rutinaria.
¿Qué cuidados hay que seguir tras la rinoplastia?
Con la rinoplastia ultrasónica el proceso de recuperación es más rápido, pero aún así hay que seguir una serie de precauciones para conseguir que los resultados sean los esperados y que la nariz cure adecuadamente.
En dos o tres días el paciente estará listo para empezar a hacer tareas sencillas, y en aproximadamente una semana se podrá reintegrar totalmente a su rutina diaria, aunque todavía deberán pasar algunas semanas más para poder hablar de una recuperación completa.
En las horas siguientes a la intervención es normal que se sienta dolor en la cara y también dolor de cabeza, así como obstrucción nasal. El cirujano recetará algún analgésico para hacer frente a estos síntomas.
El primer día después de la intervención será necesario guardar reposo y mantener la cabeza elevada. En los primeros días puede producirse alguna hemorragia nasal; para evitarla habrá que intentar no sonarse la nariz con fuerza.
También durante los primeros días se aconsejará al paciente que este hable y gesticule lo menos posible. Del mismo modo, se recomendará evitar tomar alimentos que estén demasiado calientes o que requieran una masticación en exceso.
A la hora de lavarse la cara o ducharse tendrá que extremar las precauciones para no mojar la zona de la nariz. Para dormir, el médico aconsejará que mejor lo haga boca arriba, y no de lado o bocabajo.
Si se usan gafas, se deberán llevar con mucho cuidado durante las primeras semanas; en estos casos es mejor optar por lentillas. En los dos o tres primeros meses desde la intervención se aconsejará no tomar el sol y evitar la exposición directa al astro rey, así como al viento y al frío. Tampoco es aconsejable fumar en los dos meses siguientes, puesto que el humo dificulta la cicatrización. Habrá que evitar también ser fumador pasivo.
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