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El Mommy Makeover (cirugía de reconstrucción postparto) es muy conocido en Estados Unidos pero cada vez tiene más adeptas entre las mujeres españolas que han sido madres y quieren recuperar su silueta de antes para poder sentirse bien de nuevo con su cuerpo. El Dr. Marco Romeo nos cuenta todos los detalles de este procedimiento y nos revela por qué el otoño e invierno son buenos momentos para realizarlo.
Normalmente se realiza una mastopexia, reducción o aumento mamario, una liposucción, abdominoplastia o lipoabdominoplastia y un rejuvenecimiento vaginal (en algunos casos). En una sola intervención eliminamos las huellas del embarazo y conseguimos una figura más esbelta para que las mamás recuperen su autoestima.
El momento ideal varía según cada paciente pero sin duda, los días más cortos, oscuros y fríos del otoño y el invierno son más óptimos y ayudan a crear un ambiente ideal para el reposo que es absolutamente necesario después de una operación. El calor excesivo puede aumentar el malestar propio del postoperatorio, especialmente cuando se realiza una liposucción y/o abdominoplastia, en las cuales se requiere el uso de prendas de compresión. Además, las altas temperaturas pueden causar molestias y una recuperación más lenta.
Efectivamente, muchas madres deciden solo avisar a su círculo más íntimo para no tener que dar explicaciones. Es por este motivo, que las estaciones de frío permiten además camuflar las prendas de compresión y síntomas del postoperatorio como son la hinchazón o los hematomas.
Exactamente, después de una operación de este tipo, las mamás necesitarán ayuda con los hijos durante al menos, 15 días. Tener a los hijos en el colegio unas horas ayudará a crear un mejor ambiente en el hogar para la recuperación. Es importante resaltar que durante 15 días no podrá conducir así que tampoco podrá acompañarlos al colegio.
Totalmente, es fundamental proteger las cicatrices de la exposición solar ya que los rayos del sol pueden oscurecerlas, especialmente durante el proceso de sanación. Lo bueno es que en estos meses, no se suele ir a la playa ni a la piscina con lo que el riesgo de exponer las cicatrices se reduce drásticamente y las recién operadas tienen una preocupación menos.
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