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La presencia de acné es muy frecuente durante la adolescencia, pero incluso una vez en la edad adulta hay personas que siguen sufriendo la aparición de granitos, especialmente en la zona del rostro, aunque en realidad pueden llegar a aparecer en cualquier parte del cuerpo. No solo son antiestéticos, sino que en muchas ocasiones, llevan aparejadas molestias como picor o incluso dolor.
¿Por qué aparecen los granos?
Aunque hay muchas teorías sobre los fenómenos que dan lugar a la aparición de acné, lo cierto es que la presencia de granitos en el cuerpo se debe principalmente a una cuestión hormonal. Luego hay factores que pueden dar lugar a una mayor presencia o una mayor permanencia de los mismos, como tener la piel grasa o llevar una alimentación poco saludable.
Todos los granos aparecen por lo mismo; se trata de una inflamación de la glándula sebácea debido al aumento de la producción de sebo como consecuencia de la acción de las hormonas.
En el caso de las mujeres, está claro que durante la duración de su vida fértil se van a producir cambios hormonales que darán lugar a la aparición de granos. Contra dichos cambios no se puede hacer nada, pero sí se pueden tomar medidas frente al estrés, que puede afectar (entre otras cosas) a las hormonas, haciendo que aparezcan brotes de acné.
También hay que tener en cuenta que el acné en adultos no es igual al que aparece en la adolescencia. El acné juvenil tiene más tendencia a expandirse por diversas partes del rostro, mientras que el acné en adultos está más localizado.
Lo más habitual es que los granos aparezcan en la zona que rodea la boca y en la barbilla. Suele tratarse de granos de tamaño grande y de intenso color rojo, que además tardan bastante en curar y en muchas ocasiones pueden supurar. Asimismo, al ser la piel menos flexible, hay más posibilidades de que queden marcas si se revienta el grano.
¿Qué dicen los granos sobre nuestra salud?
En los últimos tiempos se está poniendo muy de moda la reflexología facial, que es capaz de hacer trabajar nuestros órganos internos a través de diferentes puntos de presión en el rostro.
En nuestra cara hay más de 100 terminaciones nerviosas que, bien presionadas, pueden ayudar a tratar los órganos internos, a activar ciertas glándulas, a mejorar nuestro sistema linfático o incluso el aparato circulatorio.
Esta corriente hace suyo el viejo dicho de "la cara es el espejo del alma" y mantiene que nuestro rostro dice mucho más sobre el estado en que se encuentra nuestro organismo de lo que nos creemos. Precisamente por ello no pierde de vista los granos. Así, por ejemplo, la presencia habitual de granitos en la zona de la mandíbula o en la zona de la frente puede llegar a ser indicador de algún problema a nivel estomacal o incluso de una intolerancia alimentaria.
No es preocupante que siempre salga un determinado grano en una zona concreta del rostro, pero sí hay que tomar medidas cuando esos granos sean persistentes o cuando aparezcan a modo de brotes.
No obstante, tampoco hay que asustarse, la presencia de granitos en la barbilla es muy frecuente cuando se está ovulando. En caso de que estos granos sean persistentes, puede haber algún tipo de problema hormonal, así que mejor consultar con un ginecólogo.
La zona de las mejillas está muy relacionada, según la reflexología facial, con los pulmones. Así que la presencia de granos en esta zona puede estar advirtiendo de una mala oxigenación de la piel, ya sea por no desmaquillarla adecuadamente cada noche o por abusar del tabaco.
Los granos que aparecen en la zona del entrecejo y en el contorno de la ceja se relacionan directamente con el hígado y la vesícula biliar. Pueden aparecer cuando hay un abuso de alcohol o se ingieren demasiadas grasas o lácteos, también puede ser una de las formas que tiene nuestro organismo de avisarnos de una intolerancia alimentaria.
La presencia de poros dilatados en la nariz y de rojeces en esta zona es también muy frecuente y puede llegar a ser un indicativo de que hay una mala circulación sanguínea.
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¿Cómo tratar los granitos?
Todos los expertos aconsejan que lo mejor es no tocarse los granos. En la mayoría de los casos reventar un grano solo da lugar a infecciones o a cicatrices.
Lo mejor es esperar a que se sequen y el propio cuerpo los reabsorba. Lo que sí se puede hacer es seguir un tratamiento diario de limpieza que reduzca al máximo la presencia de granos en el rostro.
Tanto por la mañana como por la noche se debe limpiar el rostro con algún producto suave que no cause irritación. A continuación, hay que aplicar una crema hidratante libre de aceites. En caso de tener mucho acné o estar sufriendo un brote, se aconseja aplicar después algún tratamiento que se encargue de controlar la proliferación de bacterias.
La fotoprotección en el rostro es imprescindible para todo el mundo, pero en el caso de las personas con piel con tendencia acneica se vuelve todavía más importante aplicar una buena crema de protección solar en el rostro durante todo el año, así se ayuda a evitar marcas residuales y la aparición de manchas.
Consejos para evitar la aparición de granitos
- Seguir una rutina diaria de higiene en el rostro.
- Aplicar hidratación libre de aceites en la cara.
- Usar fotoprotector en el rostro durante todo el año.
- Seguir una dieta sana dando mayor protagonismo a frutas y verduras, reduciendo la ingesta de grasas y fritos.
- Moderar el consumo de alcohol.
- Abandonar el hábito de fumar.
- Controlar el estrés.
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